«La denominación de la formación y la asistencia es importante desde el punto de vista burocrático, ya que suele conllevar una financiación específica a largo plazo y la posibilidad de una paga especial, cintas y premios para los miembros del servicio que participen en la iniciativa. La selección de un general, que se espera que sea de dos o tres estrellas, refleja la creación de un mando responsable de coordinar el esfuerzo, lo que supone un cambio con respecto al esfuerzo, en gran medida ad hoc, de proporcionar entrenamiento y asistencia a los ucranianos durante años», escribió WSJ.
«¿Se incorporará la financiación del esfuerzo bélico ucraniano a la médula de la política exterior de Estados Unidos a lo largo del tiempo, como ha ocurrido con muchas otras conflagraciones?».
Un artículo reciente en Responsible Statecraft se sumó a este coro de preguntas. «Si esto no es reconocer un nivel más profundo de participación militar de Estados Unidos, ¿qué es? Y si es así, ¿por qué no debería desconfiar el pueblo estadounidense?».
«Nombrar una cosa es darle un significado, una identidad y una permanencia«, reitera Strgacich. En la época actual del imperio estadounidense, las «operaciones» son permanentes y omnipresentes porque están claramente institucionalizadas.
La misma semana en que se informó sobre el nombramiento de la misión de asistencia a Ucrania, el presidente Joe Biden ordenó una serie de ataques contra grupos militantes respaldados por Irán en Siria, recuerda el autor de National Interest.
Esto fue aparentemente parte de la Operación Inherent Resolve, el esfuerzo de la coalición liderada por Estados Unidos para desalojar al ISIS (grupo terrorista, prohibido en Rusia y otros países) de Irak y Siria que comenzó en 2014. Sin embargo, estos y muchos otros objetivos alcanzados por las fuerzas de la coalición en Siria no son, evidentemente, afiliados al ISIS, afirma el articulista, señalando que de hecho muchos son enemigos del grupo terrorista. «La lógica circular de la presencia de las fuerzas estadounidenses en Siria no debería pasar desapercibida para nadie», recuerda Strgacich.
Según el autor, sea cual sea el nuevo nombre de esta operación estadounidense en Ucrania, podría ser igual que todas las demás que Estados Unidos ha llevado a cabo y sigue llevando a cabo, directamente o de otra forma.
A medida que siga aumentando el número de ucranianos que mueren por su país, Estados Unidos irá asimilando su causa a su arquitectura de defensa y se hará menos preguntas al respecto, considera.
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El Pepazo/Sputnik