Este espectacular asalto se convirtió en una pesadilla para el grupo de hampones. Su osada aventura criminal terminó con la muerte de uno de sus integrantes y la detención de otros dos, quienes resultaron heridos durante el tiroteo

Egdo Lameda.-
Corresponsal en Chile
El cerebro de la organización que intentó robar 32 millones de dólares de un camión de caudales en el aeropuerto de Santiago, quizás observó el desarrollo de los hechos desde algún lugar estratégico de la terminal
aérea.
Se interpreta que tal vez sucedió así, debido a la precisión en la que actuó el grupo de delincuentes. La información que manejó la organización criminal no se obtuvo por medio de una bola de cristal.
El dinero llegó muy temprano en un vuelo de la línea aérea Latam, procedente de Miami, y poco después fue transbordado a un camión de caudales de la empresa Brinks, sin embargo, cuando esto sucedió, ya la banda había vulnerado los sistemas de seguridad del área perímetral en el sector 7 del aeropuerto. Esto quiere decir que los delincuentes manejaban información acerca de la hora en que llegaría el cargamento de dinero, el lugar donde sería retirado por los empleados de la empresa de valores y quizás el monto exacto de las remesas.
Así fue la operación
Entre diez y doce hombres portando armas de guerra, lograron ingresar al aeropuerto tras colisionar una reja con una de las tres camionetas en la que se desplazaban. Inmediatamente después lograron someter al guardia que prestaba sus servicios en el lugar, despojándolo del arma de reglamento.
Sin embargo, el funcionario dar parte de lo que estaba aconteciendo antes de ser sometido por los hampones.
La rápida reacción del funcionario puso en alerta al resto de sus compañeros de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), quienes se activaron en el acto según los protocolos de seguridad establecidos.
Todo esto derivó en un violento cruce de disparos, que pretendía interceptar el blindado. La balacera dejó como resultado la muerte de Claudio Villar Rodríguez, de 45 años, quien se desempeñaba como funcionario de seguridad de la AVSEC, y además era voluntario del Cuerpo de Bomberos, con una trayectoria de 23 años de servicio.

En la refriega también cayó abatido uno de los de los delincuentes, a quien se le identificó como Maximiliano Antonio Concha Silva, 55 años, quien era dueño de un amplio prontuario policial, y que estuvo detenido en varias
oportunidades. En la actualidad se encontraba en la calle, tras un fallo de la Corte Suprema, que lo dejó en
libertad condicional en 2020, un año antes de cumplir su pena.

Este hombre estuvo preso por tenencia de armas, homicidio y robo con intimidación. Otros dos sujetos habrían resultado heridos y posteriormente detenidos cuando acudieron en busca de asistencia médica en algunos centros de salud. Sin embargo, las identidades de estas dos personas no han sido reveladas, pues aún el caso está en una etapa de investigación preliminar, que busca, sin dudas, llegar hasta el cerebro de la organización y de todos sus confidentes.

La huida
Al ver frustrados sus planes, los delincuentes huyeron en distintas direcciones y posteriormente hicieron transbordo de autos, dejando abandonadas las camionetas en algunas vías importantes de la ciudad, entre
ellas la Vespucio Norte.
Allí, en puntos estratégicos, buscando crear caos vial, prendieron fuego a los vehículos empleados en el frustrado robo. Además, se presume que también lo hicieron para borrar cualquier evidencia que los pudiera
comprometerlos.
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