Su hijo murió en 2017 y, con el dinero que le dieron, dotó de armas a varios delincuentes
En la mañana del pasado 9 de octubre fue capturada Christina López por efectivos de la policía de Fresno, Estados Unidos. La mujer fue detenida por 22 delitos, entre los cuales aparecen el favorecimiento de bandas criminales y la entrega de armas de fuego a menores de edad.
Ella, al parecer, recibió 5 millones de dólares de indemnización después de que el oficial Ray Villalvazo asesinara a Isahia Murrieta-Golding, de 16 años, en 2017.
Isahia era su hijo.
En abril de este año, las autoridades del condado de Fresno lograron llegar a un acuerdo con la familia afectada y le entregaron a López la millonaria suma.
Esta indemnización, según las conclusiones de la investigación, fue utilizada por López para ‘vengar la muerte de su hijo’. Ella dotó de armamento a una banda criminal local identificada como ‘Los Calwa’. En la estructura criminal participaba otro de sus hijos, según versiones entregadas por la la fiscal Lisa Smittcamp a medios locales de Fresno.
La mujer fue vinculada en una investigación criminal que dio con la captura de 14 personas, incluida ella, después que la pandilla protagonizara un fuerte tiroteo, a mediados del pasado mes de julio, en el cual fallecieron varias personas.
López está recluida en un centro penitenciario transitorio mientras un juez dictamina su sentencia.
La audiencia se llevará a cabo en el transcurso de esta semana.
La muerte de Isahia Murrieta-Golding
En 2017, policías del condado de Fresno investigaban las causas de un tiroteo que había dejado varias personas heridas. En el transcurso de la reconstrucción de los hechos se toparon con Isahia y su hermano mayor, quienes fueron señalados de ser los principales responsables del delito.
La policía tenía plena seguridad que el hermano mayor de Isahia era uno de los principales responsables del tiroteo, por lo que empezaron con el procedimiento para dar con el paradero del joven.
Fueron encontrados transportándose en un vehículo junto con otras dos personas. La policía, entonces, decidió detener el vehículo.
Todos se dieron a la fuga, incluído Isahia, quien fue perseguido por las autoridades durante varias cuadras hasta llegar al patio trasero de un jardín de niños.
Allí saltó una cerca de metal, pero el oficial Ray Villalvazo le disparó sin previo aviso, dejando al joven de 16 años moribundo. El menor fue trasladado a un hospital de la zona y murió tres días después.
En su momento, este hecho causó indignación entre los habitantes del condado, quienes pedían la destitución de Villalvazo debido a un evidente caso de abuso policial.
«No tenían ninguna justificación legal para apuntar con armas a Isiah, ni ninguna justificación legal para apoderarse de Isiah a punta de pistola. Isiah ejerció su derecho a la legítima defensa y a resistir de manera no violenta los intentos de los acusados de apresarlo ilegalmente», dijo al ‘Washington Post’ Michael Haddad, abogado de la familia de Isahia, en 2017.
El hermano mayor de Isaiah, capturado ese mismo día, se declaró culpable por el delito de homicidio en el tiroteo.
Por su parte, Villalvazo no ha sido condenado debido a que una juez dictaminó que el accionar del oficial estuvo dentro de las políticas de la institución. Uno de los argumentos apuntaba a que el joven llevaba un arma de fuego y que, en el momento de ser abatido, intentaba sacarla de su bolsillo.
Sin embargo, el video de vigilancia demostró que el joven solo estaba subiéndose los pantalones para poder correr.
El caso duró en investigación los últimos cuatro años hasta que Christina López, madre de Isahia, recibió el dinero indemnizatorio y empezó a gestar su venganza con bandas criminales locales, pero fue capturada el pasado sábado.
Será condenada por 22 delitos en el transcurso de la semana.
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El Pepazo/El Tiempo Colombia