Hebert Colina M.
No hay duda de que la muerte del Maestro de Maestros del periodismo, Don Luis Guillermo Cristalino Santana, es un duro golpe a esta noble profesión, sobre todo cuando está cuestionado lo que en vida lo caracterizó y definió: la ética y el profesionalismo.
El Maestro Cristalino fue un hombre probo, creador, con un olfato inmenso para las noticias, formado, hablaba con propiedad, bien informado y con demasiada cultura general e historia y vivencias que lo llevaron a ser uno de los periodistas más respetados en el Zulia y en el país.
Era, además abogado. Fue un innovador, un creador, pues a él se le debe el Festival Nacional de Gaitas Virgilio Carruyo, el único con credibilidad que ha existido en el mundo de la gaita y también de su programa que es un emblema, Cafetín LC, toda una tribuna magistral de cómo se debe entrevistar y hacer periodismo de calidad.
Su trayectoria de más de 60 años en el periodismo, donde núnca fue desmentido, le valieron muchos reconocimientos como periodista y el aprecio, respeto y admiración de un sin fin de amigos, entre quienes nos contamos.
Le sobreviven sus hijos y su viuda, pero también un enorme legado que será un tesoro imperecedero para las nuevas generaciones de periodistas del Zulia y el país.
Hasta pronto, Maestro Cristalino…